Hasta la floración en el cultivo de maíz, la acumulación del peso aéreo de la planta es de apenas un 40 % del peso total a cosecha. Después de floración, la planta experimenta un proceso de removilización y translocación de reservas (carbohidratos y nutrientes) desde el resto de la misma hacia los órganos, es decir, la parte vegetativa es la proveedora de reservas y la que sufre pérdida de peso al final del ciclo de cultivo.