La “salud del suelo” es la capacidad de éste para producir alimentos sanos y nutritivos para los seres
humanos y otros organismos, lo cual es fundamental para la supervivencia humana. La salud del
suelo es importante desde el punto de vista agronómico y ambiental, ya que más allá de afectar la
disponibilidad de nutrimentos para los cultivos, ésta influye en la productividad y sostenibilidad del
agroecosistema, la resistencia a la sequía y las precipitaciones extremas y en la conservación del suelo
y el agua. La demanda actual de alimentos e incluso de combustible ha generado una atención
nacional e internacional creciente hacia este parámetro del suelo. Las investigaciones e innovaciones
agrícolas para favorecer una adecuada salud del suelo han madurado por décadas, pero aun con el
reconocimiento público de la importancia de mantener y reconstruir suelos saludables para una
producción agrícola sostenible a largo plazo, todavía queda mucho por hacer en este campo.