La demanda global de los alimentos ha tenido como consecuencia que en la producción agropecuaria, acuícola y pesquera se implementen estrategias que contribuyan al aseguramiento de la inocuidad de los productos alimenticios, definiéndose el término de inocuidad como “la característica que tiene un alimento de no causar daño a la salud del consumidor por efectos de algún contaminante, ya sea químico (hormonas, antibióticos, plaguicidas, etc.), biológico (virus, bacterias, etc.) o físico (pedazos de metal, astillas, entre otros).